jueves, 20 de marzo de 2014

Realidad Paralela o política distópica en Venezuela

En ocasiones, la realidad puede superar a la ficción, lamentablemente la situación en la que vive mi país natal Venezuela, me la recuerda día a día. Siendo un rebelde con causa, siempre soñé con una realidad en la que solo existiera una cosa "lo realmente correcto". En la que la justicia siempre triunfara sobre el mal, y que la corrupción, el mal al que se enfrenta nuestra sociedad, finalmente fuera erradicado.

Como analítico de los procesos, me he dado cuenta en que la sociedad siempre repite sus ciclos cada cierto tiempo. Recuerdo cuando leí por primera vez la novela Holocausto de Gerald Green (tendría como 13 años), y supe por primera vez del Kristallnacht (Noche de los cristales rotos) y conocí lo que podría a llegar hacer el ser humano para humillar a otro. Lo realmente interesante es que la historia del partido Nazi, es muy parecida al de movimiento MBR-200 (cuna del actual PSUV), ambos tenían como base mejorar la clase obrera, ambas eran de índole social, inclusive los colores son similares.

Claro, esos ideales calan muy hondo en los sectores populares, y en ambos casos, llevaran a su líder hacia la dirección de un país en relativa crisis, pero con esperanza para un crecimiento económico por venir. Y con la bonanza vinieron los atropellos, las humillaciones, corrupción y llegando un punto en la que su rebeldía ante la sociedad llevo a un pueblo al genocidio.

Lo irónico del caso, es que la sociedad venezolana, con la muerte de Chavez, paso de una Realidad Paralela del partido Nazi, a una Realidad Política Distópica al mejor estilo de la Novela 1984 de George Owell. En dicha obra, nos habla de una sociedad que sigue un régimen político totalitario, que controla a la población con medidas extremas, haciendo que la personas y sociedad crear todo lo que a el partido le conviene. Lo sociedad incluso esta estratificada, de una manera tan desigual que sin importar raza o estrato social, lo que realmente importa es el peldaño que ocupas dentro del partido. 


En esta sociedad irreal (o ¿no?) de 1984 nos encontramos en la cúspide al El Gran Hermano, cuya función es "actuar como punto de mira para todo el amor, miedo o respecto". Después le siguen los miembros del Partido Interior, lo cuales son grupos elitesco dentro del partido los cuales forman la dirección a la cual desean llevar el partido. Debajo del Partido Interior, se encuentra el Partido Exterior el cual como lo representa en el libro "si el primero puede ser descrito como 'el cerebro del Estado', el segundo pudiera ser comparado con las manos". Por ultimo, pero siendo e grupo más grande se encuentra La Prole, representada por el 85% de la población.

En dicha sociedad, en la que se ve una clara desigualdad, lo que provocaría un conflicto (tal como lo predice Marx en su obra El Capital), no se produce, ya que entra en juego la falsa ideología, en la que la sociedad debe odiar Emmanuel Goldstein. Inclusive se crea una celebración llamada "La semana del odio", para mantener al Partido Interior y a la Prole en sintonía dicha falsa ideología.

Acaso, en la situación actual venezolana no existe una falsa ideología con base al difunto Chavez, acaso casi que nos obligaron a participar en nuestra particular "semana del odio" para reflexionar en la vida y obra de Chavez, no ha mostrado el gobierno venezolano una gran habilidad para el doble-pensar (La OEA fue buena para pelear por los derechos de Chavez, La OEA es mala por que quiere realizar la Carta de Derechos Humanos por las Guarimbas). Incluso crearon el Viceministerio de la Suprema Felicidad Social del Pueblo Venezolano (cualquier parecido a el Ministerio de Paz de la Novela es pura coincidencia).

Y podemos seguir sacando ejemplo del libro, de lo que vivimos en la sociedad venezolana: Es de practica común la de denunciar traiciones en el Partido, que el partido busca mantener en la ignorancia a la prole para que sean mas dóciles y no se subleven, el de presentar un frente común ante un enemigo (la MUD) y achacarles todos los problemas de su sociedad,  y un largo ecetera con el cual a pesar del final sombrío y desesperazador del libro, nos enseña de los peligros de una sociedad totalitarias.